El pranayama, la ciencia del control de la respiración, yoga prana

En el aire no sólo absorbemos oxígeno, sino que en él existe una substancia o principio vital del cual nace toda actividad, movimiento, vitalidad y origen de la vida misma en este universo. Esta esencia primaria ha recibido a lo largo del tiempo diferentes nombres: quintaesencia, magnetismo, fuerza vital, xi (chi), energía cósmica y en yoga Prana, energía absoluta o vital, que todo lo impregna y que nos llega desde el centro mismo universo, está en el alimento, la tierra, el agua, el sol. El fin primordial del Pranayama es el control de la mente y la absorción del Prana o Energía Universal.

Es la fuente original de todas las formas diferentes de energías que existen, base de las fuerzas de la naturaleza: la gravedad, la atracción y repulsión, la electricidad, la radioactividad, y más. Todo nuestro cuerpo está regulado y controlado por la fuerza del Prana, hasta la última de las células , y el Prana se absorbe mediante una correcta respiración. «Respirar es vivir y vivir es respirar», es lo que enseña el yoga.

El flujo y reflujo de los mares es la respiración de la tierra, el Universo respira mediante un movimiento de expansión y contracción, el ser humano lo hace a través del movimiento de los pulmones. Los Vedas (libros sagrados indues) proclaman «sin respiración no exite vida en el mundo ni en el universo».

EL CONTROL DE LA RESPIRACIÓN, LA MENTE Y LAS EMOCIONES

La respiración y las actividades mentales y emocionales están estrechamente unidas y se influencian mutuamente. A cada emoción corresponde una forma de respirar, pero si voluntariamente controlamos la respiración, también controlaremos las emociones, sobre todo las negativas tales como la ira, irritabilidad, preocupación, miedo, verguenza, impaciencia, que además de desequilibrar el flujo de la respiración perjudican gravemente la salud.

También las emociones positivas como un fuerte enamoramiento, una alegría súbita y desbordante o un gran y repentino estado de sorpresa o asombro, desiquilibra la respiraicón, y se entra en un grado de agitación que también es negativo. La verdad es que las emociones descontroladas perturban la razón, confunden el pensamiento, minan la salud física y mental.

A través de una buena y sana respiración podemos controlar las emociones, aquietarlas, canalizarlas, gestionarlas positivamente y beneficiarnos de la enseñanza que nos dejan (autoconocimiento), y actuar con sabiduría; no tendremos que arrepentirnos de cosas que hacemos o decimos impulsivamente.

Busquemos constantemente la naturaleza, un bosque, la orilla del mar, la montaña, para respirar profundamente, purificar nuestros pulmones y cada una de las células de nuestro cuerpo y absorber el Prana universal para almacenarlo en el cerebro y centros nerviosos y así mejorar nuestra salud internamente.

Observa, por tanto, tus emociones y la manera en que estas influyen en tu respiración. Si te sientes alterado, tranquiliza tu respiración y experimenta como tus emociones se aquietan. Es el camino del control mental y psicoemocional, el camino el crecimiento, de la salud y del bienestar.

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